Tiene su nombre del encomendero Marcos Valera, no se sabe a ciencia cierta el año de su fundación aunque varios historiadores coinciden al afirmar que el 25 de agosto de 1811. Otros expresan que fue en 1817 en tierras de propiedad de Doña Mercedes Díaz de Terán y del Dr. Gabriel Briceño.
Aunque se dice que, Valera nació como ciudad sin fecha definida. Sólo su elevación a parroquia en 1820 por el Obispo Lasso de la Vega, se tiene como una referencia histórica. El Coronel Agustín Codazzi, el geógrafo viajero que amó entrañablemente al estado Trujillo cita a Valera como una parroquia de Escuque.
Se sabe que por la localidad pasó El Libertador camino a Trujillo la de Venezuela, para firmar su famoso “Decreto de Guerra a Muerte” en aquellos convulsos tiempos de la historia republicana.
Su primer periódico, circuló regularmente fue el Diario de Valera, dirigido por el Dr. José María Colina en el año 1900.El Primer registrador Público de la Ciudad fue Fabián Salas.
Casi dormida durante sus primero 100 años y expandiéndose lentamente por la terraza aluvial andina en la que está situada, su crecimiento fue lento pero importante llegando quizás a ser la ciudad de mayor desarrollo comercial de la zona hasta hace pocos años, en los que empezó a perder importancia con respecto a sus pares de Mérida y San Cristóbal.
Su ubicación es privilegiada para su desarrollo comercial e industrial, pues es punto de intersección entre las vías Mérida - Maracaibo - Caracas - San Cristóbal. Por esta razón, la hicieron punto obligado de destino para todo el que buscaba algo, la hicieron “noticia” en el acontecer venezolano.
Valera en 1853 fue víctima de una terrible epidemia, la cual hizo que esta quedara prácticamente solitaria al huir sus habitantes a los pueblos vecinos. Pero la urbe renació rápidamente y cobró luz y auge comercial. La tradición ubica a la Valera romántica como la que adornaba sus calles con arcos repletos de flores embanderaba sus casas en los días históricos y religiosos como los del 24 de julio y Corpus, las de las serenatas de la luz de la luna, la ciudad lírica donde concibiera Laudelino Mejías el inolvidable valzer “Conticinio”.
Valera ha sido cima de significativos valores, entre los cuales destacan Ana Enriqueta Terán, Adriano González León, así como de hijos adoptivos, entre ellos José Antonio Tagliaferro, Rafael Gallegos Celis, Américo Briceño Valero, Domingo Giacomini, Pompeyo Oliva.
Entre sus construcciones notables figuran la Iglesia San Juan Bautista, templo de estilo neo-gótico creado bajo la dirección de los Pbros. Guillermo José Parra y José Humberto Contreras. Uno de sus Puentes más antiguos y resistentes es el construido sobre el Río Motatàn en la vía que conduce a Carvajal y Trujillo. Se levantó en el año 1934 por el Ing. Civil y maestro de obra Ángel Tognetti.
Valera posee modernas edificaciones comerciales, Ateneo, Hoteles, Avenidas, el Parque de los Ilustres y el Parque Ferial Agropecuario, bautizado con el nombre de sus fundadores. La ciudad moderna extendió sus brazos por los cañaverales La Plata, San Luis y Morón, en la parte Norte. Al sur se tragó los cactus y la vegetación rastrera, creándose una elegante urbanización, Las Acacias.
Por el este se hizo populosa en el barrio el Milagro, y por el oeste hizo brotar barrios en las colinas, en los cerros y la Urbanización San Antonio.
Las Siete Colinas
Está situada en un valle rodeado de siete colinas –como Roma Italia- vigilantes pétreos y arenosos que han ido perdiendo su verdor de montaña para súper-poblarse y convertirse en barrios rurales aledaños a la planicie de la gran metrópoli; alturas desde donde se puede observar la gran ciudad cosmopolita desde todos los puntos cardinales.
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