Imagine poder controlar su casa desde una
aplicación de celular. Apagar luces, subir o bajar persianas, vigilar cámaras
de seguridad, cerrar rociadores, frenar fugas de gas o de agua e incluso,
abrirle la puerta al invitado que llegó antes que usted.
Todo esto y más es posible a través de un sistema de
automatización de servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y
comunicación, que integrados componen lo que los expertos llaman domótica.
Estos sistemas se incorporan por medio de redes interiores y
exteriores de comunicación, cableadas o inalámbricas, controladas desde
terminales remotos (teléfono móvil, agenda electrónica, ordenador portátil,
tabletas) desde dentro y fuera de la vivienda.
La domótica tiene varios niveles. En un primer nivel, pueden
clasificarse las medidas de seguridad; en un segundo nivel, las medidas de
confort; y en un tercer nivel, la casa completamente automatizada.
En este último nivel, el hogar no sólo funcionará en
beneficio de la protección y la comodidad, sino que también gestionará el
ahorro energético de sí misma.
Inclusive, la domótica puede ser aplicable a edificios
residenciales y operar en conjunto cuando sea necesario garantizar la seguridad
de todos.
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